martes, 20 de enero de 2009

Ramón Pellicer al habla



Cual tortura china, mefistofélica y maquinadora, fueron ideados los minutos previos a un informativo. En nuestro caso, tales minutos se contaron por cuartos de hora. En el plató y en tremendo silencio, Alejandra, mi Raquel Sans v.2 mejorada, Gemma Janó, regidora, y tres cámaras con Rosa, Anna y Xavi Mo., estábamos sudando la gota, convirtiendo el informativo en motivo de suicidio. Nerviosos. Absolutamente concentrados, como un láser depilatorio. Estaba a punto de comenzar el primer noticiero televisivo que nos iba a llevar de Barcelona a Hollywood, y de ahí hasta Gaza, es decir un informativo “all around the world” que se iba a flipar la abuela. No podíamos fallar.
Y creo que no lo hicimos. A falta del visionado previsto para el jueves que viene, cuando, en modo tribunal, la clase opinará sobre la clase misma, elaboramos un informativo de media hora, por primera vez, contra viento y marea (léase servidores y servidores), que ya quisieran para ellos los de la Sexta (tengo especial tirria a esos telediarios). Personalmente no logré advertir mis fallos, que seguramente estuvieron ahí, molestos como un familiar irritante. Pero alguien me los hará saber. O al menos eso deseo.
Sé que es algo injusto autodenominarme Pellicer, pues desde luego él no tiene ni mi americana de satín ni mi elegancia natural, sin embargo, no lo hace mal del todo. Bromas aparte, quedé satisfecho de mi labor, por ahora, dado que supe qué decir en cada momento, aún equivocándome en los textos memorizados, redirigidos estupendamente por la improvisación, compañera atenta a la que envío un abrazo desde aquí.
Sobre el resto del equipo, quiero pedir disculpas por no observar sus tareas ayer, como debiera haber hecho, pero los nervios me incapacitaron para el uso inteligente de mi cuerpo, así que me moví torpe toda la tarde, deambulando errante de un lado para otro, absorto en mis frases. Prometo interés el jueves e implacabilidad en mis duras críticas. De nada. Os lo merecéis.
Mención especial para el maquillaje, que ni con jabón logré lavarlo. Después de acudir al aguarrás y al vinagre, acabé solucionando el tema con ácido sulfúrico al 3%. Con el maquillaje, mi piel fue cayendo a tiras por el desagüe, probablemente debido a una reacción alérgica a la esponjita que Gina usó para embellecerme.
Conclusión final: Estoy en demasía contento por el primer informativo logrado, primero por el resultado global, y segundo por la responsabilidad que he puesto en él. Me encuentro ahora mismo muy motivado para seguir con la asignatura al 100%, en la que poco me importa acabar cada día a las 21:30 si van a ser todos tan agradecidos como el de ayer. Un Bravo para todos y nos vemos el jueves.




En la foto, de izquierda a derecha, Dolors Pujols, un servidor (malditos servidores), Sergi Cabeza, Alejandra Palés y Alba Fernández. Y sí, la he tomado prestada.

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